Cuándo practicar posturas invertidas

Las postura invertidas, o «inversiones», traen muchos beneficios al cuerpo; al voltearnos de cabeza el flujo sanguíneo cambia, irrigando con mayor fuerza algunas zonas que de pie harían más esfuerzo para recibir el torrente sanguíneo. Otro beneficio de las posturas invertidas es sobre la alineación del cuerpo, una desviación de cadera o de hombros, descansa al ponerse al revés; la espalda baja y las piernas que siempre nos están cargando, descansan cuando llevamos el peso a los hombros o a las manos.

Algunas condiciones de riesgo al practicar posturas invertidas

Cuando existen algunas condiciones temporales, como el embarazo, el periodo o alguna lesión no será el mismo beneficio irrigar ciertas zonas del cuerpo; también con algunas condiciones particulares del cuerpo, como presión alta en los ojos.

Hay muchos elementos a considerar además del plano físico para tomar la decisión de practicar o no una postura, una persona con escoliosis bastante pronunciada tal vez no quiera practicar un halásana, pero sí que le sirve estirar su espalda con apoyos; una colitis quizá pueda poner indispuesto a alguien para hacer esfuerzo, pero una inversión pasiva puede ayudarle a calmar su molestia y una persona sin ningún padecimiento físico puede enfrentar un temor agudo a realizar posturas invertidas.

Existe la creencia de que durante el periodo, no se debe ir en contra del flujo natural que lleva la sangre hacia abajo, sin embargo, si la inversión no dura mucho tiempo, no representa un peligro para el flujo menstrual. En este caso, por ejemplo, me gustaría invitar a las mujeres menstruantes a no perderse de la diversión por estar en su periodo.


Un punto controvertido es si conviene practicar halásana con un cuello rectificado, sobre todo en el caso de halásana. La realidad es que la mayoría de los practicantes de yoga tienen esta condición en el cuello, como también muchos bailarines. Mientras no haya rotaciones anormales, desgaste articular, dolor o esguinces puede practicarse con precaución. Mucho de lo que hacemos con las ásanas es promover el estiramiento y evitar que se cierren los espacios intervertebrales, es el caso de halásana.

En la siguiente tabla puedes revisar condiciones comunes del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, para considerar si te conviene o no practicar posturas invertidas.

Sabe que esta información fue discutida con Rossana Rubio, médico del deporte.

Y bien, si te animaste a practicar posturas invertidas, te dejamos este video para que empieces con el parado de cabeza.

Diana Paola Pérez R.

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Categories: Yoga

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