El ayurveda es un conocimiento medicinal antiguo que nació y se desarrolló a la par del yoga. Mientras el yoga buscaba la “iluminación” por un complejo sistema de respiraciones, ásanas, comportamientos éticos y contemplaciones, el ayurveda proponía formas de curar las enfermedades físicas. Inició con principios muy sencillos como poner calor a los cuerpos fríos y agregar frío a los cuerpos calientes, más tarde, el Charak Samhita (s.II d.C.) compilaría detalles precisos de anatomía, fisiología, síntomas y signos de enfermedades así como su etiología.
Ayurveda es comúnmente traducido como la ciencia de la vida o la ciencia de la salud. Es curioso mirar la composición de la palabra: ayur, hace referencia a un periodo de la vida; veda significa conocimiento, como aquellos libros tan representativos de la India, denominados Vedas, que guardan tradiciones previas al hinduismo.
Para mi, el yoga es a la psicología lo que el ayurveda es a la nutrición actual; sin embargo esta separación es sólo con fines pedagógicos, puesto que ambos sistemas coinciden en algunos planteamientos formando parte de la vasta cosmovisión india.
Así como hay un mito para narrar el origen del yoga, el mito del ayurveda cuenta que Daksha Prajapati lo transmitió a los gemelos Ashwin, médicos de la cosmología hindú, quienes a su vez lo transmitieron a Indra, diosa del cielo, y ella finalmente hizo llegar este conocimiento a los humanos.*
Debido a la observación de distintos padecimientos, el ayurveda propuso 3 perfiles principales que describen el “humor” de los humanos. Este humor incluye desde características físicas como el color de la piel, el tamaño de los ojos, el color de la lengua, el pulso cardiaco (nada lejos de los signos vitales de la medicina alópata, ¿verdad?) hasta preferencias de clima, olores y sabores. Por lo que el humor podría ser descrito como el conjunto de reacciones químicas en el organismo que dan origen a un comportamiento particular, también llamado perfil ayurveda o dosha en sánscrito.
Los 3 doshas son vatta, pitta y kapha, comparables al comportamiento de aire-éter, fuego-agua y tierra-agua. Según el ayurveda, todos los cuerpos tienen las 3 constituciones y cada persona debe pasar por distintos doshas a lo largo de la vida; la alimentación y otro hábitos recomendados por este sistema buscan equilibrar la presencia de los 3 doshas.
Las personas vatta suelen ser delgadas, de mente activa y cuerpo pasivo. En lo positivo son creativas, discretas y no les cuesta trabajo conservar una figura delgada; en lo negativo son inestables, indecisos y enferman de los riñones, padecen deshidratación, piel seca o envejecimiento prematuro. Los pitta usualmente tienen cuerpo mediano, metabolismo acelerado y suelen sonrojarse fácilmente. En lo positivo les gusta viajar, levantarse temprano y cumplir sus sueños; en lo negativo, sudan mucho, encanecen pronto y suelen ser furibundos.
Finalmente, kapha hace referencia a cuerpos grandes con movimientos lentos y mirada profunda. Los kapha tienen buen sistema inmunológico, lubricación en sus articulaciones y no les cuesta trabajo dormir bien; a ellos se les complica bajar de peso, son metódicos y en ocasiones pueden ser posesivos.
Un médico ayurveda podría observarte y hacerte algunas preguntas para determinarlo con mayor precisión, sin embargo este cuestionario puede darte una buena idea.
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*Dra. S. Mohanambal, Secretos del Ayurveda, Ediciones Obelisco, 2004.
Escrito por: Diana Paola Pérez R.