Me gustaría compartir con ustedes este espacio para indagar acerca del tema de la frustración. Los invito a seguirme en esta indagación de una forma abierta y libre, dejando de lado lo que sabemos sobre el tema a explorar para afrontarlo con ojos nuevos; donde cada pregunta que se realice o tema que se aborde podamos encararla sin el peso del pasado. En esta indagación, no se trata de llegar a conclusiones, ni de citar autores que quizás ya han realizado su propio recorrido, tampoco de creer que lo que se dice es la verdad. Se trata de realizar nuestro propio recorrido, de observar algo que pudiera o no ser común a todos los seres humanos e intentar entender este movimiento interno. Cuando digo observar y entenderlo no solo me refiero a un aspecto intelectual, sino a observar cómo vive la frustración en cada uno de nosotros, a ser serio y sincero con uno mismo. Por lo tanto, los invito a caminar juntos y estar atentos a lo que se nos vaya moviendo internamente con estas letras.
Entonces, ¿cómo abordar la frustración? podría empezar por indagar con la pregunta: ¿existe algún movimiento interno que identifique con la palabra frustración? Puedo observar que sí, que existe un movimiento interno que podría estar ligado a la frustración y podría partir de un deseo, el cual está conectado con nuestras ideas, fantasías, creencias o pensamientos. Es un deseo que busca satisfacerse, pero llega un punto en el que ese deseo se ve detenido por algo. Y ese mismo detenerse puede estar ligado a emociones que pueden resultar incómodas, como por ejemplo el enojo, la tristeza, el miedo y también con sensaciones de insatisfacción, desilusión o sufrimiento. Dependiendo de cada uno de nosotros pueden presentarse más sensaciones y/o emociones, pero por el momento sólo mencionaré estas.
De este movimiento que veo me surgen muchas preguntas para ir indagando, pero vayamos lento. ¿Deseo de qué? creo que puede ser deseo de cualquier cosa que nos imaginemos. Cada uno puede conectar con el deseo que le surja en el momento. Deseo de pasar algún examen, de obtener un puesto de trabajo, de comprarse un auto, de tener una pareja, etc. Pero siento que estos deseos mencionados son solo la punta del iceberg. ¿será que un deseo puede estar relacionado con deseos más profundos? Por ejemplo, si yo deseo pasar un examen con calificación de 10, ¿puede ser que existan deseos implícitos en ese deseo? Por ejemplo, si saco 10 en el examen mis padres me van a felicitar, ¿será que más profundo está el deseo que mis padres me reconozcan? A lo mejor todavía podemos ir más profundo de ese deseo de reconocimiento. ¿Puede haber un deseo de que alguien más me reconozca porque tengo una creencia de que no valgo si el otro no me reconoce? Esto solo me hace ver que a lo mejor todo deseo sea parte de deseos más profundos. ¿Qué tan profundo podemos ir con los deseos? ¿cuál es la raíz de todo deseo? Este puede ser tema de otra indagación.
Continuando con el movimiento observado, me pregunto ¿cómo influyen los pensamientos con el deseo? puedo observar que hay pensamientos que pueden alimentar y hacer crecer mis deseos y también, al contrario, pensamientos que pueden neutralizar o hacer decrecer mi deseo. Puedo hasta hacer toda una historia en mi cabeza imaginándome cómo va a ser el momento de satisfacer mi deseo, lo que voy a sentir, lo que va pasar exactamente, etc. Pero, cuando se llega a cumplir un deseo, ¿será que se satisface exactamente como lo imaginamos o cambia en menor o mayor medida? Si no se satisface completamente, entonces, ¿un deseo así siempre conlleva a frustración? ¿mientras más profundo el deseo insatisfecho más fuerte la frustración?
¿De qué está hecho el deseo? ¿puedo desear algo que no conozco? Si en mi vida nunca he probado ni escuchado hablar sobre un postre en específico, no puedo desearlo? Veo entonces que mi deseo siempre va a estar armado de memorias de experiencias placenteras pasadas. Deseo solo lo que he conocido en mi vida. ¿Puede que el deseo surja de querer repetir eso que viví en el pasado? Veo que experiencia, memoria, pensamiento y deseo son parte del mismo movimiento. Entonces, mientras más alimento mi deseo con pensamientos ¿qué tanto control toma ese deseo en mi vida? ¿cuántas veces al día pienso en ese deseo? ¿qué fantasías e ideas fortalecen ese deseo?
¿Será que mientras más apegado a mis deseos, mayor puede ser mi frustración al no cumplirse? Veo que mientras más aferrado estoy a que se cumpla mi deseo, más pienso en él, más energía física y mental me demanda y menos atención pongo en otras cosas. ¿Será que mientras más fuerte sea la frustración, entonces las emociones o sensaciones siguientes van a ser más reactivas e intensas? Por tanto ¿las emociones de tristeza, enojo, miedo y así también las sensaciones de insatisfacción, desilusión o sufrimiento serán más fuertes?
¿Será que ese deseo está ligado con el tiempo? Si mi deseo es ser “buena persona”, ¿quiere decir que no estoy siendo “buena persona” en el presente? Supongamos que no estoy siendo “buena persona” en el presente, asumiendo que la idea de lo que es ser “buena” y “mala” persona está basada en mi forma de entender el mundo. Ahora, esa es mi realidad, no ser “buena persona” en mi presente, ¿noto que me cuesta quedarme con esa realidad? Entonces veo que mi mente introduce una creencia de lo que es ser “buena persona”. Ese pensamiento surge de mi pasado de lo que he aprendido o me han enseñado de lo que es ser “buena persona”. Y esa idea del pasado se va al futuro como deseo a alcanzar. ¿Será que este movimiento de pasado a futuro es producto de un rechazo del presente? ¿puede ser que todo deseo es producto del pasado y este se proyecta al futuro?
Pero, ¿qué es lo que frustra el deseo? ¿será que la frustración es generada por la realidad? Yo quiero comprarme un coche, pero mi realidad es que no tengo dinero, entonces mi deseo se ve frustrado en ese momento. Yo quiero ser “buena persona”, pero veo que le pego a mi perro porque me frustra que no me haga caso, mi realidad es que soy violento y en mi concepción de lo que es ser “buena persona” no entra ninguna forma de violencia, entonces mi deseo se ve frustrado. ¿Será que mientras más deseos tengo, más huyo de mi realidad y por lo tanto voy a vivir frustrado porque la realidad es lo que es, no lo que quisiera que fuera?
Veo que vivimos en una sociedad que se mueve con base en la búsqueda de cumplir deseos. Nos venden ideales de no violencia, de estimulación, de placer inmediato, de seguridad, de cero corrupción, de armonía, etc. Cada ideología nos vende su utopía. Y me pregunto, ¿será que todas estas ideas que nos venden son para sostener la burbuja de no querer vivir en la realidad, de no ver lo que realmente pasa dentro y cómo lo proyectamos fuera de nosotros? Siento que no se trata de crearnos la ilusión de cómo sería vivir sin deseos, porque eso mismo puede ser parte del deseo. A lo mejor y no es por ahí. Si siempre vivimos huyendo de la realidad mediante deseos que se frustran, ¿podemos quedarnos con lo que es sin querer huir? En este momento ¿qué tanto podemos quedarnos con nuestra frustración para entenderla?
Hasta aquí detengo mi indagación. Y como mencioné en un principio. Esta es solo una indagación más. No quiere decir que esté bien o mal. No quiere decir que sea la verdad. Sólo comparto este caminar y si alguien quiere caminar al lado mío o quiere iniciar su propio caminar es bienvenido y si no quieren también es válido.
Alexandro López G.
Si quieres leer una reflexión sobre si la frustración es una emoción básica o no, mira esto.