Los tatuajes, la joyería, los zapatos, pueden decirnos mucho de una persona; lo mismo pasa con los juguetes de los niños. ¿Qué expresan estos objetos? historias atravesadas por la clase social, el sistema de valores y las cargas afectivas que nos relacionan con ellos. Estos objetos son elegidos entre otros, identifican la personalidad y constituyen una simbolización de lo que somos ante el mundo.
Los juguetes llegan como regalos de amigos, familiares o nuevos conocidos (me gusta más llamarles así que desconocidos), son una herencia, son encontrados o robados… En la forma de relacionarnos con ellos intervienen nuestro contexto familiar, cultural y político.
Gabriel Galimberti fotografió a niños de 51 países posando con sus juguetes favoritos, esta colección se plasmó en libro en 2014. “Haciendo esto aprendí más de los padres que de los niños” dice después de dedicarle 18 meses al proyecto y agrega: los niños del mundo no son muy diferentes “ellos sólo quieren jugar”. Efectivamente, el juego es la herramienta primigenia de aprendizaje y socialización; de ahí la importancia en la forma del juego pues ésta forja la estructura psíquica y muestra la relación que tenemos con el mundo.
En los niños, el proceso de juego los ayuda a distinguirse del mundo para construir su yo, esto cobra vital importancia pues les ayudará a comprender el mundo “de adentro” y “de afuera” por el resto de su vida.
Los datos de entrevista y fotos son tomadas del sitio web de Gabriel Galimberti.
Nota por Diana Paola Pérez R.