Yoga para el dolor crónico

 

Fuente: Towfiqu Barbhuiya - Unsplash

El dolor crónico es un problema de salud pública que afecta a entre el 25% y el 29% de la población mundial. Sin embargo, en México, carecemos de estadísticas precisas para comprender plenamente el impacto del dolor crónico en la población. Por ende, resulta fundamental considerar intervenciones alternativas no farmacológicas para su tratamiento.

Diversas investigaciones señalan que el Yoga puede proporcionar beneficios significativos a quienes sufren de dolor crónico. A continuación, detallaremos cuáles son estos beneficios.

¿Qué es el dolor crónico?

Para comprender mejor este concepto, es importante definir el término "dolor crónico". Según el Instituto John Hopkins, se refiere a una sensación dolorosa prolongada que persiste más allá del período de recuperación típico del cuerpo o que se presenta en asociación con una enfermedad crónica. Además, se considera que el dolor es crónico cuando persiste durante más de tres meses. Por lo tanto, estamos hablando de una condición compleja y multifactorial que afecta negativamente tanto al funcionamiento físico como mental, así como a la calidad de vida de quienes lo experimentan.

Tipos y causas del dolor crónico

La mayoría de los pacientes que sufren de dolor crónico suelen experimentar más de un tipo de dolor. Según la Clasificación Internacional de Enfermedades, 11.a revisión (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud, se identifican diversas categorías y tipos de dolor, que incluyen:

Dolor primario: caracterizado por una alteración funcional o estrés emocional no atribuible a otra causa identificable, siendo considerado como una enfermedad en sí mismo. En contraposición, el dolor crónico secundario surge como un síntoma de una condición clínica subyacente.

Crónico oncológico: común en pacientes con cáncer terminal y causado por el tumor primario y/o sus metástasis.

Postquirúrgico o postraumático: aquel que surge después de un procedimiento quirúrgico y persiste por más tiempo del esperado, o más allá de tres meses tras la cirugía.

Crónico neuropático: resultado de lesiones en el sistema nervioso periférico o central.

Orofacial y cefalea: se experimenta en la región de la boca, cara, cabeza y cuello.

Dolor visceral: afecta a los órganos internos y se caracteriza por ser difuso y mal localizado.

Dolor crónico musculoesquelético secundario: aquel que afecta a las estructuras óseas, musculares o tendinosas debido a inflamación, cambios crónicos en su estructura o alteración de la función biomecánica secundaria a enfermedades del sistema nervioso.

Impacto en la vida diaria de quienes lo padecen

El dolor crónico afecta todos los aspectos de la vida de las personas que lo sufren. Algunas de las formas en que esto ocurre incluyen:

Enojo, ansiedad y depresión 

Las personas que experimentan dolor crónico pueden enfrentar desafíos adicionales, como problemas financieros, dificultades laborales, conflictos familiares o problemas para acceder a la atención médica adecuada, desencadenando sentimientos de frustración, tristeza y preocupación. Además, largos períodos de dolor en el cuerpo pueden afectar negativamente el bienestar emocional y mental, resultando en problemas psicológicos. Por ejemplo, se estima que entre el 35% y 45% de pacientes de dolor crónico experimentan depresión.¹⁵

Disminuye el autoestima

La persistencia del dolor disminuye la motivación para ejercitarse, merma el desempeño laboral e incluso impide finalizar tareas. Es por eso que las limitaciones pueden reducir la confianza en sí mismos y llevar a las personas que lo padecen a creer que el dolor crónico es un defecto o una debilidad personal. Afortunadamente, con la ayuda de especialistas  es posible disminuir estos sentimientos. 

Genera sentimientos de soledad

Existe una tendencia a permanecer en casa y evitar la compañía cuando se está constantemente en dolor, lo cual impide asistir a reuniones, salir con amigos o mantener hobbies. En consecuencia, algunas personas que padecen dolor crónico pueden sentirse solas y experimentar cambios en sus relaciones personales. 

Puede provocar fatiga

El dolor prolongado disminuye la calidad del sueño y eleva en el cuerpo los niveles de cortisol, también conocida como la hormona del estrés, por lo que las personas con dolor crónico suelen sentirse cansadas constantemente y  sin razón aparente, además de que este cansancio no disminuye con descanso. En consecuencia, esto puede limitar la capacidad de realizar actividades como caminar, levantar objetos o incluso trabajar. Por lo que si experimentas dolor crónico, incluye un régimen de autocuidado en tu rutina para reducir tus niveles de estrés. 

Estudios que demuestran la eficacia del yoga

Recientes investigaciones sugieren que el uso de terapias complementarias de medicina alternativa que involucren la conexión cuerpo-mente o las terapias de meditación en movimiento brindan beneficios musculoesqueléticos. Un ejemplo de estas es el yoga.

Si bien es seguro para las personas que padecen dolor crónico llevar actividades de movimiento, es importante que la práctica de yoga para este grupo se encuentre especialmente enfocada en la relajación, meditación y visualización, además de que los movimientos sean más suaves y menos exigentes de lo que podrían ser en una clase normal. Además de esto, se recalca la importancia de la personalización de las clases, ya que los instructores deben saber qué partes del cuerpo le duelen a cada alumno.¹

En un estudio llevado a cabo en 2011, un grupo de personas diagnosticadas con dolor crónico fue seleccionado para tomar una clase de yoga semanal (así como practicarlo en casa). Como resultado, reportaron una disminución en la intensidad y frecuencia de los episodios de dolor. La hipótesis elaborada por los investigadores indica que la disminución en el dolor es resultado del incremento en la habilidad de los participantes de controlar la interferencia del dolor con la vida diaria a través de la conciencia de sus propios cuerpos.¹³

Beneficios de practicar yoga para el dolor crónico

Ciertamente, se ha demostrado que con la práctica de yoga, las personas con dolor crónico pueden adquirir técnicas de relajación y conciencia corporal que pueden utilizar para futuras situaciones estresantes. Sin embargo, cabe recalcar que es necesario llevar una rutina de yoga adaptada a las necesidades específicas de cada paciente para evitar lesiones. ⁹

Además de aliviar el dolor, el yoga puede fungir como puente para la integración de los pacientes en una comunidad, permitiendo así que disminuyan los sentimientos de soledad y depresión, mejorando el estado de ánimo. Por otro lado, también se ha demostrado una mejora significativa en el desempeño y satisfacción ocupacional, un aumento en las actividades diarias y una menor interferencia del dolor en estas, lo cual podría estar relacionado con la idea de que el yoga mejora la conexión entre la mente y el cuerpo, permitiendo que la mente esté satisfecha o contenta con lo que el cuerpo es capaz de lograr. ¹⁰

Consejos para la práctica

Comunica con tu instructor

Informa a tu instructor de yoga sobre tu condición de dolor crónico antes de comenzar la clase. De esta manera, pueden adaptar las posturas y movimientos para que sean seguros y adecuados para ti.

Escucha a tu cuerpo

Presta atención a las señales que te envía tu cuerpo durante la práctica. Si sientes dolor, detente inmediatamente y modifica la postura o movimiento según sea necesario.

Elige clases adecuadas

Busca clases de yoga que estén diseñadas específicamente para personas con dolor crónico o que se centren en la terapia de yoga. Estas clases suelen incluir modificaciones y adaptaciones para personas con diferentes niveles de movilidad y capacidades físicas.

Modifica las posturas y/o usa accesorios

No tengas miedo de modificar las posturas según tus necesidades, así como de usar accesorios como bloques, correas o almohadas para proporcionar apoyo adicional o reducir la tensión en áreas sensibles.

Prioriza la respiración

La respiración consciente y profunda puede ayudar a aliviar el dolor y reducir el estrés. Concéntrate en respirar de manera lenta y profunda durante toda la práctica, y no contengas la respiración en ninguna postura.

Mantén la consistencia

Practica yoga de manera regular, pero sin excederte. Elige sesiones más cortas y suaves si sientes que tu cuerpo necesita descansar. La consistencia en la práctica puede ayudar a reducir el dolor a largo plazo.

Sé compasivo contigo mismo

No te compares con los demás en la clase y no te juzgues por no poder realizar ciertas posturas o movimientos. El yoga se trata de aceptar y trabajar con tu cuerpo tal como está en el momento presente.

Por: Alejandra Galván 

Revisión profesional: Psic. Diana Pérez, Neuropsic. Brandon Carmona

FUENTES CONSULTADAS 

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Categories: Vida cotidiana, Yoga

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