Sobre anticonceptivos

Llama la atención que en los 118 años de historia de los anticonceptivos existan más de 20 femeninos y sólo unos cuantos masculinos. La historia de la contracepción inició en 1900 con el condón masculino (Labrador y Pieiga, 2001, p.374) y se diversifica a lo largo de todo el siglo XX.

Entre los anticonceptivos femeninos encontramos Anticonceptivos Orales Combinados (AOC), es decir pastillas; Dispositivos Intrauterinos (DIU), anticoncepción sistémica parenteral (prostágenos solos inyectados, parches transdérmicos, implantes subdérmicos, anillos vaginales o insertados dentro de la cavidad uterina), anticoncepción poscoital (píldoras del día siguiente), con alta tasa de incidencia de efectos colaterales; mifepristona (pastillas para abortar), en México misoprostol;  anticonceptivos vaginales como espermicidas, diafragmas, capuchones cervicales, condones femeninos y otros como la esterilización o ligadura de las trompas de falopio y la lactancia materna (liberación de prolactina y endorfina, que no sólo se da por embarazo).

Mientras que en el Mercado masculino encontramos el condón, la abstinencia periódica, la vasectomía, píldoras anticonceptivas y otros en los que se trabaja actualmente son los implantes temporales, el ultrasonido en los testículos, la inyección de bloqueo y el control remoto. Parece que los hombres han sido excluidos de la planificación familiar, ¿por qué?.

condones

Anticonceptivos para hombres y mujeres

El auge del preservativo se dio en la década de los 80, con el contexto del SIDA por un lado, la influencia de las denuncias feministas y la consecuente aceptación de diversas masculinidades, que viniendo de un sector con poder económico abrieron paso a “ser toleradas” y, en el caso de México, en un momento en que los intelectuales eran parte de la organización de la comunidad homosexual, ayudaron a pensar la corporalidad y sexualidad de nuevas formas.

Si la producción de esperma es constante en comparación con la producción cíclica de los óvulos, en un principio parecería lógico atender la fertilidad de los hombres, pero el mercado se ha enfocado a las mujeres. El País denunció en 2016 (11/10) uno de los factores que afectan el hecho de que actualmente aún llame la atención que los hombres utilicen una pastilla anticonceptiva: durante varios estudios los hombres se han quejado de los efectos secundarios que estos productos generan en el cuerpo, entre los que se encuentran, según esta nota, ansiedad, aumento de peso, náuseas, cefaleas, disminución de la líbido y coágulos sanguíneos. ¿Cómo son los efectos secundarios de los anticonceptivos femeninos? ¿se quejaron alguna vez las mujeres del impacto de estos productos en la líbido?

DIU

Según un estudio publicado en la Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (Ugarte, Blanco y Barrios, 2008, p. 83-87), la frecuencia de efectos adversos es mayor con el uso del implante subdérmico, cuyos principales efectos son: “trastornos menstruales”, cefáleas, mareos, náusea y congestión pélvica, en el caso de otros anticonceptivos se presenta también la mastalgia (dolor de senos). Sin embargo este estudio se realizó por el análisis de expedientes de pacientes con un perfil definido en lugar de hacer una entrevista en profundidad que permitiera hablar de otros detalles, especialmente cuando el uso de anticonceptivos puede fungir como un tema del que no se debe hablar cotidianamente.

Con esta información parece que los efectos para hombres y mujeres están en equilibrio pero el mercado se enfoca a las mujeres. Abrir un mercado de contracepción masculina implica la competencia directa para las empresas que se han posicionado con el otro sexo, aunque definitivamente existen otros factores que determinan cómo se reparte la responsabilidad de la contracepción entre parejas.

Láminas espermicidas

El método del ritmo y el coitus interruptus son hasta ahora los únicos en los que ambos sexos comparten la responsabilidad, ambos existen como métodos naturales altamente criticados, en parte por no prevenir ETS y no ser “seguros” frente a los embarazos. Si a esto agregamos la demanda de éxito de la actual ideología en la que se vive como amenaza tener un hijo que cambie los planes de vida, parece lógico que sean juzgados, aunque también podrían invitar a asumir una mayor responsabilidad al compartir la sexualidad, lo que puede implicar procurar una vida más sana, por ejemplo.

En este sentido el coitus interruptus no parece una opción saludable por los efectos adversos que provoca frente al placer como observó Wilhelm Reich (1927) y el método de ritmo por si sólo también enfrenta baja eficacia, sin embargo la práctica del sexo durante el periodo menstrual es una alternativa segura en el marco de la anticoncepción en la que tanto el hombre como la mujer pueden tener el placer que el uso de algunos anticonceptivos reduce siempre y cuando las representaciones frente a la menstruación no sean un bloqueo para disfrutar de esta experiencia.

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