La pareja Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir (1929-1980) amaba la libertad y no quería encadenarse a una institución como el matrimonio y dejar que la relación se fuera apagando por la rutina, la suya sería una relación libre, abierta, en la que habría otros amores que no afectarían a la única relación que sería auténtica, la que existía entre ellos dos.
“Nunca he sentido de manera tan intensa que usted es yo” así confesaba su amor Sartre a Simone.
Era una promesa de fidelidad pero no sexual sino espiritual e intelectual. Ambos escritores al conocerse se identificaron en el proyecto de vida en libertad, por el que hicieron un compromiso de trabajo intelectual que luchó y se mantuvo aún en contra del sistema represivo y moralista de la época de los 30.
“Trabajaremos mucho, pero llevaremos apasionadas vidas de libertad” dijo Sartre a Simone. Respetaron tanto su libertad que no tuvieron inconveniente en contarse el uno al otro todo cuanto sucediese en sus vidas aunque se tratara de relaciones amoroso-sexuales con otras personas a las que llamaron “amores contingentes”, éstos llegaron a ser considerados parte de su familia, pero la verdad es que, en más de una ocasión su estilo de vida los llevo a experimentar controversias como en toda pareja, sin embargo no permitieron que afectara su trabajo intelectual, sino, al contrario lo complementaba.
El autor de Los secuestrados de Altona, acostumbraba dar a Simone sus textos a revisar y hacía caso en lo que ella señalaba como defectos de su obra. Sartre hacía declaraciones de amor a Simone con frases como “Nunca he sentido de manera tan intensa que usted es yo”.
Aunque consideraban su amor absoluto, destacan dos amores contingentes: el que sintió Simone por el escritor norteamericano Nelson Algren, a quien escribió apasionadas cartas de amor y siempre portó un anillo que le regaló, y el de Sartre y Dolores Vanetti, con este último la relación estuvo muy cerca de romperse.
El primer número de la publicación que Sartre fundó con Beauvoir en 1945, Los Tiempos modernos, estaba dedicado a Dolores, una actriz francesa que se había establecido en Estados Unidos. Al final de su vida Sartre diría: «Dolores me ha dado América. Me ha dado mucho. Los caminos que he recorrido se cruzan alrededor de ella». También se enamoró de Arlette Elkaim a quien adoptó como hija causando controversia en el resto de las amantes a las que seguía manteniendo pues fue depositaria de la obra sartriana incluyendo sus inéditos.
Aún después de omitir el aspecto sexual en su relación, Simone y Sartre nunca rompieron su lealtad.
Ya en el lecho de muerte y con los ojos cerrados declaró “La quiero muchísimo mi querido Castor” (le decía Beaver por Bouvoir). Sartre murió el 14 de abril de 1980. La autora de La ceremonia del adiós en el principio de su relación, dijo que él “era un universo de exuberante abundancia, frente a mi pequeño mundo insignificante”. Ella murió 6 años después.
Una pareja nada convencional de librepensadores en un tiempo en que el existencialismo estaba en su apogeo. Tenían compromiso ideológico de izquierda, eran activistas manifestándose en la resistencia contra los nazis; la guerra de Vietnam en contra de EEUU; la guerra de Argelia en favor de la independencia entre muchos más. Sartre tuvo simpatía por el estalinismo del que Simone nunca estuvo de acuerdo aunque eso no le impidió acompañarlo a la URRS.
Con la invasión de los estalinistas a Hungría y Checoslovaquia Sartre se dio cuenta de su ceguera política y denunció públicamente a los estalinistas como “criminales de guerra”, convirtiéndose al maoísmo; mientras que la autora de El segundo sexo se mantuvo en el feminismo emergente lanzando afirmaciones tales como: «No se nace mujer, llega una a serlo. Ningún destino biológico, físico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana, la civilización es quien elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica como femenino».
La pareja fue muy prolífera contando con una vasta obra intelectual al tiempo que se convertía en ícono de la década de los años 60 y 70.
Basado en: el libro Historia de una pareja, Lumen, Hazel Rowley.
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Interesante relación, me pregunto hasta que punto se tomo como referente a esta pareja, en nuestra actual construcción de relaciones.